jueves, 29 de octubre de 2015

Primeras impresiones: Un día en el mercado

Gracias a que los amigos de uno tienen gran cantidad de juegos que uno no tiene y que posiblemente no conoce, podemos de vez en cuando probar juegos nuevos que por su temática, precio o motivo X nunca entrarían en nuestra ludoteca.
Hace ya unas semanas para cerrar una quedada un colega nos sacó Un día en el mercado (traducción española que difiere un poco del titulo original: Fresh Fish) de Friedemann Friese. Un juego de 2 a 5 jugadores en la que los jugadores tendremos que ir pujando por colocarnos lo más cerca posible de los camiones de reparto, con un dinero inicial que nos tiene que durar hasta el final de la partida. El juego tiene mucha interacción directa entre jugadores por el posicionamiento, porque cada loseta de distancia es un punto más al final y el ganador será el jugador con menor cantidad de puntos. También podemos tapar y expulsar a los demás de una zona colocando mesas. Es un juego interesante del que sobre todo hay que destacar que se juega muy bien a 5 jugadores y en poco tiempo, cosa no tan sencilla a ese número. No es un mal juego, adecuado para que 5 personas que quieran jugar en una hora o así, pero no entrará en mi ludoteca. Aun así habrá que volver a jugarlo.


jueves, 15 de octubre de 2015

Reseña: The Bridges of Shangri-la

Existen montones de las llamadas "pequeñas joyas", juegos de mesa que en su día no tuvieron gran repercusión, quizás tapados por otros o porque en ese momento ese autor no era de renombre y que con el paso del tiempo han ganado fama y se ha hecho "complicado" conseguir una copia de ellos. Un claro ejemplo es el The Bridges of Shangri-la un juego de Leo Colovini autor de otros grandes juegos como Carolus Magnus o Inkognito.


The Bridges of Shangri-la es un juego de mayorías de 3 a 4 jugadores. El juego nos sitúa en la región de Shangri-la, una tierra llena de ciudades por las cuales cada uno de nosotros tenemos que extender nuestra tribu llevando a cabo una de estas tres acciones por turno:
-crear maestros en las ciudades en las que ya estamos para generar aprendices
-entrenar aprendices que llegaran a ciudades futuras mediante los viajes
-y llevar a cabo los viajes con los que aumentaremos nuestra presencia y expulsaremos a los maestros que ya hubiera de otros jugadores. Son estos viajes los que crean la interacción entre jugadores y con cada viaje "tiraremos" un puente. Cuando hayan caído todos los puentes acabará la partida y ganará el jugador que tenga más maestros en las ciudades.

Los componentes del juego son correctos y se basan en un tablero de grosor bueno, losetas de cartón de buena calidad y las gemas que son de plástico resistente.

La duración de las partidas oscila en torno a los 45 minutos y el juego no tiende a generar mucho Ap salvo alguna decisión clave en los instantes finales.

La interacción entre los jugadores es directa, basada en "putear" al otro: expulsándole de alguna ciudad, adelantándose en algún viaje o sacrificando sus aprendices con "viajes suicidas" para fastidiar al otro. Las puntuaciones suelen ser ajustadas y están entre 20 y 30 puntos puntos. El azar es nulo ya que cada jugador coloca sus 7 maestros iniciales donde quiera y no hay dados ni otros sistemas que afecten a las acciones de cada turno. 

Es un juego sencillo que se explica en 10 minutos por lo que se puede jugar con jugadores poco experimentados y además el juego incluye una colocación inicial para las primeras partidas con lo que se elimina la elección de colocación inicial que quizás sea mejor para jugadores con mayor experiencia. 

En conclusión: The Bridges of Shangri-la es uno de esos grandes títulos escondido en la selva de los juegos de mesa esperando a que la gente lo descubra y le de una oportunidad. Muy recomendable
como otros juegos de este autor que siendo un sencillo juego de mayorías nos deja una sensación distinta al probarlo.



viernes, 2 de octubre de 2015

Reseña: Tigris y Éufrates



En cualquier ámbito ya sea el deporte, la política o el arte siempre hay discusiones y ciertas polémicas. Por supuesto los juegos de mesa no están exentos de ella. Hay autores mejor valorados que otros, ya sea porque generan más simpatía o que sus diseños son mejores que los del "otro". Tenemos otros que son alabados y criticados a partes iguales, un claro ejemplo: Reiner Knizia. Este doctorado en matemáticas comenzó en los 90 a diseñar juegos de mesa, creando en 1997 la que es su obra maestra: Tigris y Éufrates.



 Estamos ante un juego abstracto, con motor de elección de acciones, colocación de losetas y mucha interacción entre jugadores. De 2 a 4 jugadores, destacando a su máximo número.
El juego nos emplaza hace 2500 años cuando los primeros pueblos poblaron los valles entre estos dos ríos y formaron las primeras ciudades estado. Cada jugador representará a uno de estos pueblos.
La mecánica básica de este juego es que podemos realizar dos acciones por turno y hay un total de 4 opciones que son:
-Colocar losetas, lo que nos permitirá ganar puntos y expandir nuestro reino.
-Colocar alguno de nuestro 4 líderes en el tablero para poder desencadenar conflictos y ganar puntos por las losetas que coloquemos o de los templos que tengamos.
-Cambiar nuestras losetas por otras.
-Colocar una loseta de catástrofe (disponemos de 2 en toda la partida).
Con estas acciones iremos ganando puntos y lo más importante, iremos acercándonos a nuestro rivales desencadenando conflictos internos o externos que tendrán una gran importancia en el resultado final.
La novedad esta al final del juego, ya que el ganador será el jugador cuya menor puntuación sea superior a la menor de los demás jugadores.

Los componentes del juego son de buena calidad las losetas son de un cartón grueso al igual que el tablero y los cubos, los lideres y los templos de madera.


La duración de las partidas está entre la 1,30 y 2 horas y tampoco tiende a generar una gran cantidad de AP.

El juego como he dicho antes tiene una gran cantidad de interacción, ya sea mediante conflictos internos que suelen producirse para la obtención de puntos o para conseguir el control de algunos templos y los conflictos externos que otorgarán gran cantidad de puntos y que a veces pueden decidir la partida.

La influencia del azar no es excesiva, ya que solo se encuentra presente a la hora de coger losetas de la bolsa que a veces puede beneficiarnos y otras no, pero con la acción de descartarlas se puede controlar ese azar.


No hay ningún elemento negativo en este juego, mecánicas novedosas, azar mínimo, mucha interacción y además la edición que sacó DEVIR hace un año en español nos trae las dos "expansiones" que tiene el juego: 
-un nuevo tablero con más tesoros y distribuido de forma distinta que favorece aun más la interacción y que aumenta la rejugabilidad.
-y cuatro edificios que otorgan más puntos y por los que se desencadena una auténtica lucha.

En definitiva Tigris y Éufrates es el mejor diseño de Knizia, un gran euro-abstracto, con grandes dosis de interacción, mecánicas diferentes y un sistema de puntuación final muy interesante. Un
must have en cualquier ludoteca que se precie.